Las compras de deuda no serán una barra libre para Sánchez: el BCE le obligará a reducir el déficit
El BCE anunció este jueves un nuevo mecanismo de compras de deuda pública para controlar las primas de riesgo, forzado por la inestabilidad en Italia tras la dimisión de Mario Draghi. Y, de rebote, beneficiará a Pedro Sánchez. Pero este sistema no será una barra libre, sino que tiene condiciones: básicamente, España tendrá que reducir el déficit público de una vez para que el banco central le rescate si la prima de riesgo se dispara.
Las condiciones del nuevo instrumento, llamado TPI ((Transmission Protection Instrument, instrumento de protección de la transmisión de la política monetaria) a priori parecen muy laxas, porque no tiene límites ex ante a las compras, sino que éstas pueden ser ilimitadas si la situación lo exige.
Pero ojo, no todos los países son eligibles para que el BCE compre su deuda. Existe una serie de condiciones. La primera es que no esté sujeto a un procedimiento de déficit excesivo, o que no haya tomado acciones eficaces para corregirlo. Ahora mismo, las reglas fiscales están suspendidas y la Comisión Europea quiere prolongar esta suspensión durante 2023, algo a lo que se opone Alemania.
Sea en 2023 o en 2024, cuando vuelvan a estar vigentes las reglas, España tendrá muy difícil escapar de ese procedimiento: el Gobierno no espera situar el déficit público en el límite establecido por le UE del 3% del PIB hasta 2025 según su plan de recuperación (en 2021, fue del 6,76%) y la deuda pública se encuentra en máximos históricos en el 117,7% del PIB, cuando el Pacto de Estabilidad y Crecimiento impone un máximo del 60%.
Habrá que cumplir las promesas del plan de recuperación
Otra condición que puede poner en apuros a Sánchez es que los países deben tener «políticas macroeconómicas sanas y sostenibles». Eso implica cumplir los compromisos del plan de recuperación y resiliencia enviado por el Ejecutivo a Bruselas, así como las recomendaciones fiscales específicas para cada Estado de la propia Comisión. Como es sabido, España tiene pendiente la reforma de las pensiones para hacerlas sostenibles, entre otros compromisos del citado plan, y no cumple las recomendaciones de la Comisión respecto al equilibrio de las cuentas públicas.
Estas condiciones suponen una seria advertencia a España e Italia (y también a Francia) para que empiecen a tomarse en serio la reducción del gasto público si quieren poder acceder a este rescate en caso de que vengan curvas en los mercados. Algo que Pedro Sánchez ha evitado hasta ahora y a lo que se oponen rotundamente sus socios de Podemos.
Otras condiciones
El BCE también exigirá la ausencia de graves desequilibrios macroeconómicos, lo que se traduce en no estar sometido a un procedimiento de desequilibrio excesivo (EIP en inglés). Este procedimiento fue establecido por Bruselas en 2011 y se refiere a cosas como un exceso de déficit por cuenta corriente, una deuda externa insostenible o una burbuja inmobiliaria.
Por último, Christine Lagarde ha impuesto que los países «elegibles» para la compra de deuda deben tener «sostenibilidad fiscal». Y para determinar que su deuda pública es sostenible, tendrá en cuenta los análisis realizados por la Comisión, el Mecanismo de Estabilidad Europeo, el FMI y los del propio BCE.